Huairasinchi 2022
El Huairasinchi, palabra Kichwa que significa “la fuerza del viento”, es una carrera de aventura de varios días que involucra disciplinas como trekking, ciclismo de montaña, kayak y manejo de técnica de cuerdas para actividades como rapel, tirolesa, entre otras.
Todas estas actividades se realizan a lo largo de una ruta de alrededor de 400km, la cual no está marcada, sino que cada equipo debe realizarla con el uso de mapa y brújula, y sin ninguna ayuda tecnológica como GPS. De esta forma, la navegación con mapa se vuelve una actividad fundamental en estas carreras, dado que puedes perderte en medio de la selva y no salir hasta el día siguiente o hasta que te rescaten.
Además, y como si no fuera suficiente todo lo que se ha mencionado, en esta carrera no existen paradas obligatorias a dormir. Los equipos avanzan a lo largo de la ruta tanto de día como de noche. Los equipos más experimentados y fuertes limitan sus horas de dormir al máximo, como por ejemplo un rango de 2 a 4 horas en total durante toda la carrera, tomando en cuenta que dura alrededor de 4 días finalizarla.
Es por esto que, más que una carrera, a este tipo de eventos se los considera como una expedición, en la cual tendrás que afrontar varios desafíos, cansancio, pérdidas, entre muchas cosas más imprevistas. Como recompensa, visitas los lugares más alejados y hermosos de Ecuador. Recorres caminos que, si no fuese por esta carrera, difícilmente los podrías explorar. Sin duda es una experiencia demandante tanto física como mentalmente, pero todo lo que vives te llena de aprendizajes únicos que te servirán no solo en el ámbito deportivo, sino en el resto de facetas de tu vida.
La carrera del 2022 ha sido la que más he disfrutado hasta el momento, y esto se debe a que fue realizada en su totalidad en la Amazonía, mi lugar preferido. La ruta empezó en el poblado de Arajuno, desde donde salimos corriendo hasta un caserío llamado Shicolin, lugar en donde cambiamos de disciplina y tuvimos que descender en bote (packraft) por el Río Arajuno alrededor de 56km hasta llegar a la comunidad de Campococha.
Desde este punto, tuvimos una mega etapa de 79km en los que se mezclaba trekking y packraft. Había que cruzar la selva, con los botes empacados en las mochilas, y llegar a un río bien remoto, llamado Sótano, por donde descendíamos hasta la unión con el Río Nushiño. Luego nuevamente cruce de selva a pie hasta llegar a una comunidad Huaorani llamada Gareno.
Llego la hora de tomar las bicicletas, en una ruta por varias comunidades, incluido un cruce de río en lancha y una etapa de rapel con caída libre en el río Pununo; finalmente, llegada a un poblado llamado Valle Hermoso Machacayu. Para estas alturas de la carrera, ya era nuestra segunda noche, así que llegó el momento de ir a dormir por primera vez, dos horas de descanso que nos llenaron nuevamente de energía.
Desde aquí empezó otro trekking bastante exigente, el cual cruzó un camino de arrieros por media montaña, para llegar a un puente casi olvidado que cruza por encima del río Misahuallí y te lleva a la comunidad Aitaka Salazar. A nuestra llegada cayó un diluvio, la lluvia era imparable y caía con toda la fuerza que tiene la Amazonía. Por suerte, había un pequeño refugio con techo y un puestito de comida con arroz, patacones, carne, jugo, todo un banquete.
De esta forma, con muchas aventuras por todas partes, continuamos la carrera por el resto de las etapas, con pueblos alejados, hermosos paisajes, y muchas experiencias enriquecedoras. Al cuarto día llegamos a la meta, la cual se encontraba en la ciudad del Tena. Recuerdo muy claramente la última hora antes de la llegada, como equipo disfrutamos tanto ese momento, se estaba acabando una experiencia inolvidable, y solo avanzamos apreciando todo lo vivido, agradecimos por poder hacer estas locuras.
Equipo: Tocopaxi – Papa Johns: Vanessa Garzón, Juanita García, José Cuesta, Andrés Salvador